El 20 de agosto de 2007, el Comité de Operaciones y Calidad del Agua del Distrito Metropolitano de Agua de Los Ángeles celebró una reunión de comentarios públicos. En 2003 habían decidido fluorar el agua para los 18 millones de personas en su área de suministro, pero aún no habían implementado esa decisión. Una de las personas que comentó fue Kathleen A Thiessen, PhD, del Centro de Análisis de Riesgos de SENES Oak Ridge, Inc. En su presentación de cinco minutos, mostró de manera convincente y sucinta cómo el consumo de agua varía enormemente, lo que hace imposible controlar la dosis de fluoruro administrada a la población. La fluoración produce inevitablemente sobredosis de fluoruro, especialmente entre los bebés.

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